Transporte aéreo en la era post-COVID

Autores:

Habib Mekki

Director General de Aviación Civil. Ministerio de Transporte y Logística de Túnez

Yamina Jlaiel

Subdirectora en la Dirección General de Aviación Civil. Ministerio de Transporte y Logística de Túnez

Fecha: 25.02.2021

Lectura: 8 min.

La pandemia del Covid-19 podría ser el mayor desafío al que se enfrentará la industria de la aviación mundial. Los efectos se están sintiendo en todo el ecosistema, incluidas las aerolíneas, los aeropuertos y los organismos de navegación aérea.

Estimaciones recientes de la Organización de Aviación Civil Internacional indican que la recesión del tráfico aéreo de 2020-21 tomará una de las siguientes formas:

- En forma de V: la forma normal de una recesión; un breve período de fuerte declive económico seguido de una rápida / suave recuperación.
- En forma de U: contracción prolongada y recuperación moderada del crecimiento a la línea de tendencia.
- En forma de L (depresión): caída a largo plazo de la actividad económica; una fuerte caída seguida de una línea plana con posibilidad de no volver a la línea de tendencia del crecimiento.
- En forma de W: una recesión de doble caída que consiste en un patrón de «abajo arriba-abajo-arriba» antes de la recuperación total.
- En forma de logotipo de Nike: un rebote brusco que se aplana rápidamente.

Con la gravedad y la duración generales de la pandemia del Covid-19 aún inciertas, se han desarrollado cuatro rutas de recuperación diferentes en dos escenarios indicativos:

- - Línea de base: escenario hipotético en el que la pandemia del Covid-19 nunca ocurrió, es decir, como se planeó originalmente o como de costumbre.

ESCENARIO 1: dos caminos diferentes (similares al logo de Nike y en forma de W)

ESCENARIO 2: dos caminos diferentes (similares a los de forma de U y de L)

INTERNACIONAL

– Trayectoria 1: recuperación fluida de la capacidad mediante el repunte de la demanda reprimida, pero a una tasa de crecimiento decreciente.

– Trayectoria 1a: recuperación suave de la capacidad al principio, seguida de una desaceleración debido al exceso de capacidad.

– Trayectoria 2: el retorno a la tendencia de crecimiento se acelera después de un lento progreso de la recuperación de la capacidad.

– Trayectoria 2a: recuperación de la capacidad a una velocidad decreciente debido al respiro y la caída continua de la demanda.

DOMÉSTICO

– Trayectoria 1: rápida recuperación de la capacidad impulsada por la demanda reprimida, pero a una tasa de crecimiento decreciente.

– Trayectoria 1a: recuperación suave de la capacidad al principio, seguida de una desaceleración debido al exceso de capacidad.

– Trayectoria 2: recuperación gradual de la capacidad seguida de un crecimiento acelerado.

– Trayectoria 2a: recuperación de la capacidad a una velocidad decreciente debido al lento crecimiento de la demanda.

Sobre esta base, la Organización de Aviación Civil Internacional publicó los resultados provisionales para 2020 en comparación con 2019, que muestran una reducción del 49,5% en la capacidad de asientos y una reducción de 2,69 mil millones de pasajeros en todo el mundo (es decir, una reducción del 60%). Además, las compañías aéreas registraron pérdidas de 369,7 mil millones de dólares.

Según la organización, esta tendencia a la baja continuará durante el primer semestre de 2021, en comparación con los niveles de 2019, con al menos una reducción del 42,1% en los asientos ofrecidos por las aerolíneas, 1,1 mil millones de pasajeros menos (es decir, una reducción del 50%) y pérdidas de ingresos para las aerolíneas de hasta 156 mil millones de dólares.

Túnez no se ha librado de los efectos de esta situación; El tráfico aéreo desde y hacia los aeropuertos tunecinos se ha visto muy afectado, con una caída sustancial en 2020 (en comparación con el mismo período en 2019) del 75,5% para el tráfico de pasajeros, el 64,8% para el movimiento de aeronaves y el 14,4% para el tonelaje de carga.

Esta disminución es una consecuencia natural de la suspensión del tráfico comercial de pasajeros hacia y desde los aeropuertos tunecinos desde mediados de marzo hasta el 27 de junio de 2020. Durante este período, el tráfico se limitó a repatriaciones, operaciones médicas y humanitarias y carga.

Sobre esta base, la Organización de Aviación Civil Internacional publicó los resultados provisionales para 2020 en comparación con 2019, que muestran una reducción del 49,5% en la capacidad de asientos y una reducción de 2,69 mil millones de pasajeros en todo el mundo (es decir, una reducción del 60%). Además, las compañías aéreas registraron pérdidas de 369,7 mil millones de dólares.

El tráfico comercial en Túnez se reanudó el 27 de junio de 2020. El proceso se llevó a cabo con cautela, de manera gradual y, lo más importante, de acuerdo con un protocolo de salud desarrollado por el Ministerio de Transporte y Logística, en coordinación con el Ministerio de Salud, y que tuvo en cuenta las directrices emitidas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las recomendaciones de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).

Este protocolo describe una serie de requisitos y recomendaciones para los explotadores de aeropuertos, explotadores de aeronaves y otras partes interesadas relevantes y estipula que deben coordinar sus acciones con las autoridades sanitarias y los comités de facilitación aeroportuaria local con miras a lograr una mitigación eficaz del riesgo y asegurar el cumplimiento de los requisitos de salud con el público nacional.

Actualmente, las personas que quieran visitar Túnez en avión deben estar en posesión de un certificado que muestre un resultado negativo de la prueba de RT-PCR y luego someterse a un período de cuarentena de 14 días, aunque hay algunas excepciones.

Sin embargo, incluso con este protocolo de salud y todas las medidas de precaución exigidas a pasajeros, aerolíneas y aeropuertos, la demanda de transporte aéreo no puede aumentar y seguir creciendo a menos que se restablezca la confianza de los pasajeros.

Por lo tanto, es esencial tranquilizar a los pasajeros que están preocupados por contraer el virus durante los viajes aéreos y convencerlos de que el riesgo de infectarse en el aeropuerto o a bordo del avión es mínimo.

De hecho, los aeropuertos son lugares limpios y seguros; Todos los pasajeros deben usar una máscara al momento del check-in, al embarcar, durante el vuelo y al desembarcar. Es obligatorio una distancia física de al menos 1 metro en los mostradores de facturación y durante el embarque. El control de temperatura también es obligatorio antes de ingresar a la terminal y la temperatura corporal se revisa nuevamente antes de embarcar. La desinfección y la limpieza se llevan a cabo de forma continua y los dispensadores de gel hidroalcohólico están disponibles en todas partes.

Además, los aviones son lugares muy seguros con respecto a la transmisión del Covid-19, dado que el uso de máscara es obligatorio, el aire de la cabina se renueva cada dos o tres minutos y la cabina está equipada con filtros de partículas HEPA, que absorben el 99,9% de las partículas y son idénticos a los utilizados en quirófanos. Esta renovación asegura que el aire a bordo sea saludable.

Se podrían considerar medidas de seguridad y de precaución una vez que se disponga de una vacuna. Estas podrían incluir obligar a los pasajeros a tener la vacuna del Covid-19 antes de embarcar y crear un pasaporte sanitario (registro de vacunación internacional).

Actualmente, varias organizaciones internacionales están trabajando en esto. La Organización de Aviación Civil Internacional publicó la segunda edición de sus directrices de «despegue» el 17 de noviembre de 2020: Orientación para los viajes aéreos a través de la crisis de salud pública del COVID-19 (CART II), que incluye recomendaciones y orientación adicionales a la luz de los nuevos desarrollos en relación con la crisis del Covid-19 y complementa las recomendaciones incluidas en CART I, publicado en junio de 2020.

Todos los países se enfrentan ahora a un nuevo desafío y deben implementar un plan de recuperación del transporte aéreo post-COVID basado en la innovación, la digitalización y el uso de tecnologías como las credenciales digitales y la inteligencia artificial, que deben jugar un papel clave en el reinicio y recuperación del transporte aéreo después de la crisis y orientarlos por el camino más sostenible posible.

Los países también deben compartir información, experiencia y buenas prácticas basadas principalmente en procedimientos y tecnologías innovadores para restaurar la confianza de los pasajeros en el transporte aéreo.

La liberalización de los servicios aéreos, ya sea dentro de África (SAATM) o con la Unión Europea, debe tener en cuenta las dificultades experimentadas por las aerolíneas después de la crisis del Covid-19 y debe basarse en una competencia leal para preservar la sostenibilidad económica de las aerolíneas y evitar erosionar más sus resultados, que ya se han visto afectados negativamente por la crisis del Covid-19.

Todos los países se enfrentan ahora a un nuevo desafío y deben implementar un plan de recuperación del transporte aéreo post-COVID basado en la innovación, la digitalización y el uso de tecnologías como las credenciales digitales y la inteligencia artificial, que deben jugar un papel clave en el reinicio y recuperación del transporte aéreo después de la crisis y orientarlos por el camino más sostenible posible.

En conclusión, la pandemia del Covid-19 no es solo una crisis de salud, sino también una crisis económica, social y humanitaria. Dado el dramático impacto económico y social global que ha causado, el sistema de aviación se encuentra ahora al borde de una rápida transformación.

Es cierto que la luz al final del túnel aún no es visible, pero esta pandemia algún día llegará a su fin y el mundo del transporte aéreo dejará atrás la crisis más grave de su historia.

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