Autores:
Alberto Palacios Cobeta, Director técnico
Jordi Selfa Clemente, Analista sénior
CETMO
Fecha: 11.01.2023
Lectura: 9 min.
La recopilación de artículos publicados en 2022 muestra el estado y las tendencias del transporte y la logística en el Mediterráneo, en un momento de múltiples cambios, y ofrece propuestas interesantes para aprovechar las oportunidades existentes. Como consecuencia de diversas disrupciones y transformaciones surgidas a partir de la pandemia del covid-19, se han iniciado o intensificado importantes procesos de cambio en los sistemas globales de transporte, producción y consumo. Más aún, han aparecido nuevos retos derivados de grandes tensiones geopolíticas, sin olvidar la necesidad imperiosa de actuar frente al cambio climático. Se puede afirmar que el momento actual aparece como un punto de no retorno de una transformación estructural en la que las decisiones y estrategias que se adopten marcarán y definirán tanto la organización del transporte y la logística en el Mediterráneo a medio y largo plazo como la capacidad de la región mediterránea para salir reforzada e integrada ante este momento disruptivo que se está viviendo.
Una lectura exhaustiva de los artículos corrobora la idea que estamos ante un importante punto de inflexión y señala las posibles estrategias, medidas o líneas de acción para que los países mediterráneos afronten con éxito los retos actuales. De la consideración conjunta de estas medidas se desprende una idea principal: la cooperación y la colaboración entre los diferentes actores que se encuentran en el Mediterráneo son necesarias para desarrollar y capitalizar las oportunidades que se presenten. En definitiva, a modo de conclusión, cabe destacar la visión integrada de los distintos retos y oportunidades a nivel mediterráneo y los esfuerzos conjuntos para afrontarlos.
Un momento de disrupción y cambio
Actualmente, las conexiones marítimas intramediterráneas se encuentran inmersas en un proceso de transformación hacia un modelo ecológico y económico más eficiente, que permita una mayor competencia frente a la carretera y, por tanto, una mayor sostenibilidad de todo el sistema de transporte. Esta transformación hace referencia tanto a la reducción de emisiones contaminantes como a la transición hacia nuevas energías como a una mayor integración multimodal. Dichos procesos aparecen como premisas sobre las que debe asentarse un nuevo modelo de relaciones marítimas en el Mediterráneo que permitirá unos sistemas comerciales y productivos más integrados en las dos orillas.
Este cambio en la conectividad marítima en el Mediterráneo no se puede separar de otros procesos disruptivos que se producen en el ámbito del transporte marítimo a escala mundial. Si bien el sistema de transporte global pudo ofrecer un servicio ejemplar en el momento álgido de la pandemia del covid-19, en su posterior recuperación una serie de factores alteraron las cadenas logísticas que anteriormente apoyaban el proceso de globalización. Las consecuencias más destacables de esta alteración, a las que se han tenido que adaptar las partes involucradas, son el aumento sin precedentes de los costes de flete y un descenso de la fiabilidad de los servicios marítimos. Esta adaptación incluye cambios en los patrones de producción y de suministro en el sentido de aproximar y diversificar el origen de los componentes de las cadenas de producción, como la internalización del control de los servicios logísticos o el cambio en la gestión de los stocks. Estas transformaciones tienen por objeto fundamental incrementar la resiliencia de las cadenas de suministro ante disrupciones previsibles de la cadena logística. Es precisamente esta reestructuración de las cadenas de suministro lo que se debe considerar una oportunidad histórica para el Mediterráneo.
La transformación de las cadenas de suministro global y de los patrones de conectividad marítima encuentra nuevos elementos de cambio cuando se tienen en cuenta las variables ambientales. El sector de la logística está inmerso en un conjunto de actuaciones destinadas a limitar sus efectos nocivos para el medioambiente. La implementación de estas actuaciones, junto con la adopción de futuras medidas ya previstas, tendrá una afectación considerable en los patrones de funcionamiento actuales.
Las conexiones marítimas intramediterráneas se encuentran inmersas en un proceso de transformación hacia un modelo ecológico y económico más eficiente para una mayor sostenibilidad de todo el sistema de transporte y para una mayor integración comercial y productiva entre las dos orillas.
Otra decisión histórica es la implementación del Área Continental Africana de Libre Comercio, que supondrá una oportunidad para el norte de África y toda la región del Mediterráneo. La implementación y el desarrollo efectivo de esta área de libre comercio ayudará a los países del norte de África a expandir sus cadenas de suministro, a fortalecer la hasta ahora débil integración regional, a ocupar un lugar en las cadenas globales de valor de bienes y servicios y, en última instancia, a promover la modernización del sector privado.
Por último, otro factor potencialmente disruptivo es la situación del mercado laboral del transporte y la logística en el Mediterráneo. Este sector está afectado por una crisis estructural que los efectos derivados del covid-19 y el posterior proceso de recuperación no han hecho más que acentuar. Esta crisis hace referencia tanto a los problemas de las condiciones de trabajo de los trabajadores marinos, como a la escasez de profesionales formados, y a la falta de renovación generacional de la mano de obra y, por tanto, a su envejecimiento.
Sin duda, los retos que se plantean requieren soluciones sectoriales, pero no se puede obviar el alto grado de interrelación entre ellos, sobre todo entre las propuestas de adaptación que se proponen.
Propuestas compartidas para afrontar los cambios
Si la situación actual comporta cambios profundos en el ámbito del transporte y la logística, los retos que surgen de estos cambios también aportan oportunidades. Superarlos requiere que una amplia gama de actores lleve a cabo acciones decisivas y ambiciosas, pero sobre todo que se coordinen y colaboren.
Las oportunidades descritas para diversificar y regionalizar las cadenas de suministro con el objetivo de hacerlas más resilientes requieren una producción más integrada entre la Unión Europea y los países del norte de África, que a su vez pide aumentar la eficiencia de los intercambios intramediterráneos por medio de la mejora de la eficiencia económica y ambiental del transporte marítimo y terrestre. Esta mejora tiene que resultar de la aplicación de medidas como la promoción de autopistas del mar o la repercusión de los costes externos de la carretera, medidas que requieren una acción pública, pero también la colaboración de actores privados y, especialmente, la implicación de actores marítimos y ferroviarios en la creación de nuevas cadenas más eficientes en el ámbito económico y medioambiental.
En esta línea de promocionar la integración comercial, especialmente la de los países del norte de África, la creación del Área Continental Africana de Libre Comercio aparece como una oportunidad destacable. Sin embargo, para poder aprovechar esta oportunidad hace falta la modernización de las estructuras económicas de los países del norte de África, la cual requerirá no solo la implicación de los sectores productivos de estos países, sino también la coordinación entre diferentes actores internacionales involucrados en el desarrollo regional.
También resulta evidente que la colaboración, en este caso entre aduanas, vuelve a constituirse en la base para facilitar los intercambios intramediterráneos. Dicha colaboración ha de servir para armonizar y reducir procedimientos ligados a la importación y exportación de mercancías y permitir el pleno aprovechamiento de las oportunidades que ofrece la transformación digital.
De igual manera, la definición de estrategias conjuntas en el ámbito marítimo se constituye como un elemento esencial para avanzar hacia la sostenibilidad del transporte marítimo en el ámbito mediterráneo y, por tanto, la coordinación entre países para mejorar los aspectos ambientales de la navegación.
Finalmente,, la creación de una estructura de formación en transporte y logística común en el Mediterráneo, así como la facilitación de las condiciones de movilidad de los trabajadores entre la Unión Europea y los países de la orilla sur del Mediterráneo también requieren una colaboración y un acuerdo entre países. Estas acciones son propuestas para superar las diferentes crisis que afectan al mercado de trabajo, del transporte y la logística, tanto en los países de la ribera sur como en los de la ribera norte.
El transporte y la logística requerirán, principalmente, colaboración y coordinación para superar los retos de la transformación de las conexiones marítimas intramediterráneas, la reestructuración de las cadenas de suministro, la implementación del Área Continental Africana de Libre Comercio y la situación del mercado laboral.
Propuestas integradas, no aisladas
Estas propuestas no se tienen que ver como una serie de medidas individuales, sino más bien como un conjunto, y hay que prestar atención a sus múltiples intersecciones.
Quizás el ejemplo más claro es la transversalidad del elemento ambiental en varios ámbitos de la mejora del transporte y la logística. Si la sostenibilidad del sistema de transporte puede considerarse un objetivo de por sí, con las mejoras que ha de suponer para el medioambiente, la salud y la mitigación del cambio climático, no es menos cierto que se configura como un elemento central en la eficiencia y modernización tanto de las futuras cadenas de suministro como de los sistemas productivos. Además, las posibilidades que brinda el escenario actual para una verdadera integración comercial en el Mediterráneo pasa por estos dos elementos: las cadenas de suministro y los sistemas productivos.
Otras medidas que hay que señalar por su transversalidad son las que hacen referencia a la transformación digital. No solo se trata de digitalizar los procesos de intercambio de datos ligados a los flujos, sino también de englobar aspectos tan diversos como la formación de profesionales del transporte; la mejora de la eficiencia energética y, por lo tanto, ambiental de las flotas de vehículos terrestres y marítimos, así como la productividad de sectores económicos destinados a conseguir más integración regional y global del Mediterráneo. En este proceso de integración, además de medidas de facilitación del comercio, se requieren sistemas eficientes de transporte y logística, sectores económicos modernos, y la formación y movilidad de los profesionales adecuados a los múltiples retos que se plantean.
Conclusión
Los diferentes artículos recopilados el 2022 muestran la singularidad de este momento, en que diferentes crisis o disrupciones plantean múltiples retos y varias oportunidades. La visión de un Mediterráneo integrado, eficiente y sostenible implica una amplia gama de decisiones que requieren la asunción de los retos y las oportunidades de manera compartida. Es decir, el diálogo, la coordinación, la cooperación y el multilateralismo entre los diferentes países, regiones o sectores públicos y privados de ambos lados del Mediterráneo son necesarios para afrontar con éxito el momento disruptivo actual.
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